VIAJANDO EN EL TIEMPO
Adán como viajero del tiempo
En la Biblia es mucho lo que se habla sobre viajes en el tiempo. Pero como veremos, siempre es con un propósito, nunca se hace a la ligera, siempre se lleva a cabo con miras hacia el futuro. Algo interesante es que no encontramos un solo ejemplo en la Escritura, de que Dios haya llevado a alguien al pasado.
Antes de examinar a algunos de los viajeros en el tiempo, debemos reiterar que desde el punto de vista del hombre, el futuro todavía no ha ocurrido. Al intentar ver hacia adelante, el hombre no puede ver nada, sólo vacío. Los adivinos, videntes y médiums, a menudo obtienen grandes sumas de dinero con sus reclamos de que pueden predecir el futuro. Sus intentos casi siempre están acompañados por una serie interminable de fallas.
Para viajar en un reino que sólo le pertenece a Dios, uno debe conocer al Amo de la eternidad. Los profetas falsos, siguen o sus propias urgencias carnales o los susurros que escuchan desde el reino de las tinieblas. De ninguna manera están conectados con la fuente real de información.
Eruditos de la antigüedad dicen que el primer hombre, Adán, vio el futuro. Un comentario judío del Tora, de los primeros cinco libros de la Biblia, declara que Dios le dio a Adán la oportunidad de mirar hacia el futuro. Estos sabios afirman, que en los momentos que siguieron a su pecado, a Adán le fue permitido ver las páginas de la historia futura, ver a Aquel que sería el adecuado para actuar como líder, quien llevaría al mundo de regreso al estado de perfección que Dios intentó en el principio.
Adán fue condenado a morir el día que pecó. Dice la Escritura que tenía 130 años cuando nació Set y que vivió otros 800 años después de eso. Murió a la edad de 930 años. Le faltaron 70 años para cumplir su día completo. 2 Pedro 3:8 nos dice: “Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día”. Lo cual implica que un día de acuerdo con la perspectiva de Dios, bien pueden ser mil años.
Según los eruditos judíos, Adán pudo mirar hacia el futuro y ver que David estaba destinado a llevar a cabo el propósito que le había asignado Dios, aunque aparentemente también observó que viviría sólo por un corto período de tiempo. Ellos declaran, que entonces Adán le cedió a David los 70 años de su propia vida para que pudiera llevar a cabo su misión.
Ahora, esta historia no se encuentra en la Biblia, pero así sea verdad o mentira, ilustra el punto, de que la eternidad no es algo que yace más allá de la humanidad, sino que se encuentra dentro del hombre de Dios. De tal manera, que la verdadera visión profética es simplemente la habilidad dada por el Señor para mirar a través de la pared dimensional. Así sea que de hecho se viaje corporalmente o simplemente en el Espíritu de Dios, es algo inmaterial.
Los hijos de SeT
Hay otra evidencia de que Adán viajó en el futuro. Set nació después de la muerte de Abel. En su genealogía se encuentra el piadoso Noé, luego Sem, Abraham, Isaac, Jacob y las 12 tribus de Israel. Los hijos de Set, incluyendo Enoc y Matusalén, también fueron hombres que vivieron en comunión íntima con Dios. Algunos de ellos probablemente también viajaron en el tiempo. Cuando uno mira retrospectivamente a la forma cómo vivieron sus vidas, la conclusión es ineludible.
Refiriéndose a los hijos de Set, el historiador judío Flavio Josefo escribió: “Fueron también los inventores de esa especie particular de sabiduría relativa a los cuerpos celestes y su orden”. En otras palabras, estos hombres primitivos eran astrónomos y matemáticos. Tenemos evidencia contemporánea de esta verdad en la gran pirámide, respecto a la cual matemáticos teóricos han declarado que refleja el conocimiento de nuestro sistema solar y la física de nuestro planeta. Pero... ¿construyeron los hijos de Set la pirámide? Josefo afirma que sí. Dice en su obra Antigüedades de los judíos, libro 1, capítulo 2, parágrafo 3: “Y para que sus invenciones no se perdieran antes de ser ampliamente difundidas, como según la predicción de Adán todas las cosas serían destruidas primero por el fuego y luego por la violencia de una gran cantidad de agua, construyeron dos columnas, una de ladrillos y otra de piedra, e inscribieron en ellas sus invenciones; si la de ladrillos era derribada por la inundación, quedaría la de piedra para exhibir al mundo sus descubrimientos, y le informaría que había otra columna de ladrillos. Hasta el día de hoy han quedado en la tierra de Siriad [Egipto]”.
En esta declaración podemos ver dos cosas: Adán tenía conocimiento del mañana, por consiguiente debió haber viajado al futuro. Sabía del diluvio que habría de venir, también de la fiereza del “día del Señor”. Adán lo había visto todo. El peso del futuro de la humanidad estaba sobre él. Sus hijos también sentían la carga y querían preservar tanto conocimiento como fuese posible.
En nuestro día, los llamados expertos en pirámides estudian la gran pirámide esperando discernir el futuro profético del hombre, pero hasta ahora no han podido hacerlo. Se sienten motivados por el conocimiento de que los hijos de Set, de hecho registraron la historia futura.
Enoc el hombre inter-dimensional
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